No hace falta que salgas de tu habitación.
Quédate sentado ante tu mesa y escucha.
Ni siquiera hace falta que escuches: simplemente, espera.
Ni siquiera hace falta que esperes:
Simplemente, aprende a quedarte callado, quieto y a solas.
El mundo se te ofrecerá libremente para que le quites la mascara.
No tiene otra opción, caerá a tus pies en éxtasis.
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