Dietilamida del Ácido Lisérgico, un derivado del hongo cornezuelo de centeno, pero sintetizado. Se trata de una droga perturbadora que lleva a estados alterados de conciencia y que tiene efectos imprevisibles.
Cómo distinguirlo
Se puede encontrar de diferentes maneras: impregnado en pequeños cuadrados de papel secante con diferentes dibujos o logotipos, en micropuntos (sólidos de distintos colores, parecidos a la punta de los lápices), gelatinas o líquido.
Se conoce también como…LSD-25, tripis, micropuntos, secantes, o simplemente la denominación del grabado que traiga el papel que los contiene: soles, bartsimpsons, gatosfélix, planetas verdes, Batman, Pat. Las dosis altas que son similares a las que se ingerían durante la época de los hippies, suelen llamarse ácidos o tickets.
Lsd-25, es una abreviatura del alemán Lyserg Säure-Diäthylamid 25, pues ese era su número entre una serie de 26 derivados sintéticos que fueron aislados a partir del cornezuelo cuando estaban siendo investigados.
El LSD fue descubierto accidentalmente por el químico suizo A. Hoffman en el año 1938 cuando trataba de encontrar una sustancia análoga a un activador de la circulación.
Los primeros experimentos en personas se remontan a los años 40 y consistieron en un intento de facilitar la terapia a determinados pacientes con algún trastorno como el alcoholismo crónico o determinadas anomalías sexuales. Se administraba en cantidades pequeñas, pero pronto se comprobó que los efectos producidos eran imprevisibles y no se podían controlar de manera adecuada.
El uso ilegal de esta droga se generalizó a partir de los años 60-70 asociado a la llamada “contracultura”. Fue empleada por circulos intelectuales, jóvenes universitarios y artistas de muchos ámbitos para buscar nuevos estados de conciencia.
Formas de consumoOral, chupando los papeles impregnados o tragando los micropuntos. También se aplica a través de la piel.
LSD disminuye la actividad espontánea del Sistema Nervioso Central y, por otro, aumenta la actividad de estímulos periféricos. Por tanto, provoca alteraciones importantes en la esfera perceptual, principalmente a nivel visual.
Las dosis bajas generan risas, aceleran los pensamientos, traen a la mente recuerdos muy reales, provocan asociaciones libres y algunas alucinaciones.
Las dosis psicodélicas ocasionan un colapso temporal sobre la percepción y usualmente llevan a introspecciones profundas en las que se trasciende el ‘yo’ y se tiene alguna clase de experiencia mística.
Puede experimentarse:
Una sensación de mayor agudeza sensorial, con lo que es fácil ver los colores más brillantes. También es fácil tener la sensación de que las percepciones se intercambian: “los colores se escuchan”, “las notas musicales se visualizan”.
Se pueden vivir experiencias místicas o emocionales acompañadas de un profundo sentimiento de alegría, de paz, armonía y unión con los demás.
La imagen del cuerpo y las distancias se ven distorsionadas.
Se vuelve difícil controlar el pensamiento, la memoria y la concentración.
La capacidad para coordinar los músculos se reduce, así como la percepción del dolor.
El estado de ánimo puede fluctuar.
Suelen dispararse la temperatura corporal, la tensión y del ritmo cardíaco.
Puede provocar otros efectos fisiológicos como inapetencia, sudoración, rubor facial, sequedad de boca y somnolencia.
En ocasiones, desencadena episodios de fotofobia (miedo a la luz).
Dura muchas horas, entre 5 y 12, y los efectos van desapareciendo de forma paulatina.
El mal viaje
El mal viaje es una experiencia negativa y desagradable, los síntomas más habituales son confusión mental, angustia, sentimientos depresivos y pérdida del control. La intoxicación aguda por alucinógenos no es muy frecuente hoy en día. Si ocurre, suele estar asociado al consumo de alcohol.
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