Narcisos rotos, un chirrido sigiloso sobresalta mis oídos, un tacto gélido desaparece de soslayo, se disfraza de viento, mientras me engatusa con su presencia invisible, desaparece tras la ventana de mi cuarto, surge entonces una calidez indefinible en mis manos, mis ojos lacrimosos quieren estallar en sollozos, no hay razones, solo una nostalgia desorbitada que sobresale en la planicie de mis emociones, la pesadez se hace insoportable, la ausencia no acalla sus lamentos, el deseo de surgir a borbotones en en la mente colectiva se hace nociva, pérfidos ideales que encarcelan mis acciones, trascendencia disolvente de expresividad, introspección innecesaria a la hora de actuar, entrega de poca credibilidad, solo ausencia, silencio, igualdad...narcisos acoplados.
Caprichosos rastros de presencia, y en un lado dormidos nadando. La cabija del mar arropandonos como un solo mar fusionando dos universos. El ojo enjuto detrás de nuestras cabezas, arriesgando a caerse porque no quiere cumplir otro lugar más que el escollo en nuestros sesos...viendonos con los ojos dormidos, y más dentro nuestras mentes encapsuladas por particulas sentimentales de las individuales soledades, que por un tiempo de tres días hizo que recordaramos nuestras vidas anacrónicas del tiempo pasado, destruyendolo para siempre...Juntos creamos un tiempo sin espacio, ininteligible, enjutos nuestros oidos. Paradigma disoluto para miradas extrañas que no importan. Mientras tanto ésta laxitud de inconsciencia se dilata en nuestras venas y perdurará en el espacio.
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